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SER DIVINAS

  • Gisela Rodríguez
  • 18 nov 2019
  • 4 Min. de lectura

Ser Divinas implica ser personas que van contra una sociedad que voltea a mirarte de arriba para abajo como resultado de discriminación, ya sea por tu forma de pensar, de actuar, o de vestir, por cosas tan absurdas como tu ritmo de trabajo o el ámbito en el que te desarrollas, si decimos que una mujer es divina es porque admiramos a las mujeres que se atreven a ser ellas sin importar los prejuicios que nos rodean, en el cine cada una de esas mujeres hacen eco como una muestra del espacio cultural.

Difícilmente uno mira a su alrededor y es ese “Otro” del que debemos aprender no sólo a existir, aprender a ser, en el cine de Vedettes lo primero que llega a nuestros ojos es una belleza sorprendente, cuerpos tallados con cincel y maquillaje, tacones elevados y mucho glow por donde se nos ocurra mirar. El origen de la palabra Vedette es interesante y los datos arrojan que nace en Francia para designar a las artistas femeninas del espectáculo y de algo que la verdad no todos pueden llevar a cabo como lo es las funciones de cabaret, aquí no hablemos de sus cuerpos como mercancía, porque les debemos respeto al igual que cualquier otro trabajo, las vedettes utilizaron su belleza a su favor, su increíble capacidad de bailar y desarrollarse en escena las catapultó ante los hombres como mujeres dignas de ser llamadas diosas, algunas por ejemplo: fueron incluidas en filmes.


¡Nombres, queremos nombres!


En el documental mexicano de 2016 BELLAS DE NOCHE, observamos a cinco vedettes que alcanzaron un gran reconocimiento durante 1970 y el transcurso de 10 años posteriores.


Imaginemos un México en el que sus cuerpos inundaban las calles anunciando sus nombres, tanto en centros nocturnos, como los cabarets y por supuesto los teatros, dicho documental está lleno de emociones, risas, pero también lágrimas al contar lo que vivieron, las vedettes más famosas y que se llevan el protagonismo de la cinta son nada más y nada menos que Rossy Mendoza, Olga Breeskin, Lyn May, entre otras, nombres de por sí lo bastante exóticos como para llamar la atención desde que los pronunciamos.


En las apariciones incidentales ya sean de archivo o cameos, podríamos mencionar a galanazos como, Andrés García, César Costa, a actores como Héctor Suárez, Manuel “El loco Valdés” incluso al periodista Jacobo Zabludovsky, y qué decir de nuestra querida Verónica Castro



Dato curioso:

Thelma Tixou Sasha Montenegro y la Princesa Lea, rechazaron colaborar en este filme, y aunque se desconocen sus motivos sí que aparecen en los créditos finales como agradecimiento.


María del Rosario Mendoza mejor conocida Rossy Mendoza nació en un poblado del Estado de Sonora, para ser específicos en Vícam, su debut fue tan preciso como impresionante, con ayuda de una amiga es como conoció a Andrés Soler, se le ofrece un trabajo para presentar los shows de algunos artistas y posteriormente género tanta atracción que llegó a la Ciudad de México, sí hablamos de su trayectoria desde su comienzo se codeó con los grandes, Germán Valdés “Tin Tán”, Los hermanos Carrión y Jesús Martínez “Palillo”.


¿Recuerdan el programa de televisión Sabadito Alegre? pues también estuvo presente en dicho programa junto a Paco Malgesto, y la cereza del pastel es cuando aprendió a bailar mambo gracias a la ayuda y el ritmo de Adalberto Martínez mejor conocido como “Resortes”, su participación fue tal que alternó con cantantes como Celia Cruz, Mike Laure, Sonia López y Dámaso Pèrez Prado, que por cierto… este último le compuso una pieza titulada “La cintura de Rossy”. ¡Qué interesante! ¿no?



Hablemos ahora de Breeskin. Todos la conocemos como Olga Breeskin pero su nombre completo es Olga Eugenia Breeskin Torres, mujer mexicana nacida el 22 de septiembre de 1951, por si no lo sabían Olga estaba rodeada de talento incluso antes de nacer, su padre Elias Breeskin un violinista y conductor de origen ruso no dudó en mostrarle a su hija todo lo relacionado al mundo del arte, cuando Olga tenía 17 años, su padre falleció y se vio obligada a trabajar en restaurantes, llevando la enseñanza de su padre, pero también consigue un trabajo de secretaría para solventar sus gastos.



Y sí, la vida cambia en cuestión de segundos, mientras Olga tocaba su violín durante el desayuno, Ernesto Valz reconoció su talento y su belleza, Breeskin comienza a trabajar en el centro nocturno y después su fama y potencial llega a cautivar al conductor Raúl Velasco quien le propone presentarse al programa SIEMPRE EN DOMINGO, así es como al pasar los años trabajó en Televisa e incluso tenía su propia presentación musical con “Todos queremos ver a Olga”.





Lyn May tiene un nombre largo y de origen chino, porque aunque nació en Acapulco su ascendencia es de otro país, bueno Liliana Mendiola Mayanes es conocida como Lyn May y comenzó desde pequeña a vender algunos recuerdos cerca de la playa, posteriormente trabajó en un local de comida y un marino la convenció de casarse con él, ambos se mudan a la ciudad de México, pero Lyn May regresó a Acapulco porque mencionaba que su esposo la trataba muy mal, ya en Acapulco comienza a laborar en un bar llamado “El zorro” y después en “La Tropicana de Acapulco” en ese sitio conoce a Germán Valdés “Tin Tán” quien le propone trabajar juntos en unos sketches que se realizarían en dicho sitio.


Hablemos ahora de Juana Amanda Seux Ramírez, mejor conocida como Wanda Seux, mujer y vedette mexicana de origen paraguayo su padre fue un militar francés a quién conoció hasta ya los 10 años de edad, a los 18 de manera posterior a recibirse como profesora de inglés se trasladó a Buenos Aires, lugar en que obtuvo un trabajo como bailarina de danza árabe y su nombre artístico en 1972 lo adopta como consejo de su novio, quién le comenta que es mejor ese nombre que el real, ya que ese último sonaba muy fuerte.





 
 
 

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