top of page

Macario, un referente clave del cine mexicano.

  • Gisela Rodríguez
  • 11 nov 2019
  • 4 Min. de lectura



Macario es una película de drama mexicano en la que es posible experimentar la sensación de lo efímero, un soplo que en cuestión de segundos desaparece. Imaginemos que en cuadro aparece el primer actor Ignacio López Tarso ahora imaginemos la dupla con Enrique Lucero, sin más palabras la actuación es impecable ¿no?.


Ignacio López Tarso y Enrique Lucero en "Macario".


La historia comienza en la época del virreinato, durante el siglo XVIII, y en la que Ignacio López Tarso encarna a un campesino y leñador de nombre “Macario” quien con una gran familia y entre el candor de una discusión por un plato de comida decide retirarse y dejar que sus 5 hijos se alimenten, en el plato hay frijoles, comida que aunque deliciosa, no es suficiente para todos los integrantes, además que es evidente la situación de pobreza en la que viven.


Decepcionado Macario sueña con comer un guajolote completo, él, sin más presencia humana, de modo que su esposa roba uno para dárselo, cuando Macario sube a las montañas a devorarlo, se encuentra con la sorpresa de que no está solo, en el sitio aparece “Dios” quien le pide un poco de comida pero Macario se lo niega, al igual que ante la aparición del “Diablo”, finalmente “la muerte” promete darle un líquido para curar a los enfermos a cambio de una porción de comida, ya sabrán… la ambición de Macario fue tal que acepta.



El trato será entonces más complejo, si la muerte se aparece a los pies de la cama de los solicitantes, sería esa la señal adecuada para saber que el enfermo curaría, Macario lo hizo con algunos y marchaba todo con tranquilidad, hasta que la inquisición lo acusó de hacer prácticas inadecuadas e incluso de brujería, sólo podría salvarse si era capaz de curar al hijo del Virrey, Macario acude a la cama del enfermo pero la muerte ahora estaba postrada en la cabecera del enfermo, lo cual significaba que aquélla persona tendría que morir.



Póster de película, en la que se anuncia a Ignacio López Tarso y Pina Pellicer.




Finalmente la muerte lleva a Macario a una gruta en la que se observan miles de veladoras, cada una de ellas hace referencia a la vida que le resta a cada persona. Macario muere y nos deja una lección importante, esa lección va más allá de la humildad y del aprecio al presente, es también saber disfrutar y no dejar de agradecer por cada día en la que nos encontramos con vida.


En el filme de Macario, es posible identificar las Grutas de Cacahuamilpa, las cuales es posible visitar y sobretodo en el mes de noviembre en la que las tradiciones mexicanas y todo el folclore sale a relucir, las grutas de Cacahuamilpa es la caverna más conocida, estudiada y visitada de México y es un destino turístico de fama mundial. Ubicada al sur de la capital del país, en el estado de Guerrero, ha sido recorrida por mexicanos y extranjeros desde su descubrimiento en la tercera década del siglo xix.


Este monumento natural se inserta en un espacio en el que la geografía es el elemento determinante, por lo que se puede hablar de una región geohistórica, según la definición de Fernand Braudel (1987). La caverna fue escenario de excursiones, investigaciones científicas y proyectos de inversión desde el siglo xix. De ahí el interés por el estudio de la gruta y por el desarrollo y explotación de la región cercana, ya que se consideró que podía ayudar a fomentar la prosperidad del país en una época en la que se buscaba denodadamente la consolidación del Estado nacional.


Otro sitio interesante es nada más y nada menos que las lagunas de zempoala, (en idioma náhuatl): veinte lagunas o muchas lagunas) es un área natural protegida de México por decreto desde 1936, ubicada en el Estado de Morelos. El clima que caracteriza a la zona y que se presenta en el parque nacional es de tipo frío subhúmedo con lluvias en verano. y por si fuera poco su flora y fauna es bastante extensa.



Macario en las Grutas de Cacahuamilpa.


Un fin de semana en alguno de estos dos sitios sería excelente para conocer más de lo que nos brinda un filme, no es sólo las grandes actuaciones, es una combinación de talento, de belleza natural y de paz en la que a cualquier lugar que nosotros miremos encontraremos un referente, el cine mexicano y las hermosas postales retratadas por el cinefotógrafo Gabriel Figueroa son un pretexto para ver una y otra vez la película, para escaparnos del caos de la ciudad y para tomar un día de descanso en nuestro México.


¿Así o más belleza?


La recomendación de la semana, es que revisen las fotos que Gabriel Figueroa nos dejó, y lo pueden hacer en un libro que lleva por nombre “ Bajo el cielo de México. Gabriel Figueroa, arte y cine”, dicho libro fue publicado por fundación Televisa, casa productora que acudió al cinefotógrafo por su capacidad de capturar a través de su lente, a artistas de la talla de María Félix, Flor Silvestre, entre otros, es un México en escala de grises.




Comments


©2019 por Prefacio Digital. Creada con Wix.com

bottom of page